Frases de Adenoid Hynkel
El Gran Dictador o The Great Dictator ,es una película que hizo una fuerte crítica a las dictaduras basada en el abuso de los nazis y toda la destrucción que conllevó este régimen. Adenoid Hynkel es la representación de un despiadado dictador (Adolf Hitler) en la nación ficticia de Tomania y se encarga junto a sus seguidores de discriminar y eliminar a todos los judíos del país.
Fue estrenada en Estados Unidos el año 1940 dirigida, producida, escrita y protagonizada por el comediante británico Charles Chaplin siendo esta su primera película sonora y fue bien aceptada por el público convirtiéndose en la más exitosa de toda la carrera de Chaplin. Actualmente es uno de los clásicos del cine, razón por la cual te traemos las frases más inspiradoras de esta película:
Frases de Adenoid Hynkel
¡Soldados, no os rindáis a estos hombres que en realidad os menosprecian, os esclavizan, reglamentan vuestras vidas, os barren el cerebro, os engordan y os tratan como ganado y como carne de cañón, por un mundo nuevo, digno y noble, que garantice a la juventud un futuro y la vejez, seguridad!
Lo siento, pero no quiero ser emperador. Ese no es mi oficio. No quiero gobernar ni conquistar a nadie, sino ayudar a todo el mundo, si fuera posible: a judíos y gentiles; a negros y blancos. Todos queremos ayudarnos mutuamente. Los seres humanos son así.
Pensamos demasiado, sentimos muy poco.
¡Un mundo de rubios, dominado por un moreno!
Los dictadores son libres sólo ellos. Pero esclavizan al pueblo.
En el capítulo diecisiete de san Lucas está escrito que el reino de Dios se halla dentro del hombre ¡No de un hombre o de un grupo de hombres, sino de todos los hombres! ¡En vosotros!
Hannah, ¿puedes oírme? Donde quiera que estés mira a lo alto, Hannah. Las nubes se alejan, el sol está apareciendo, vamos saliendo de las tinieblas hacia la luz. Caminamos hacia un mundo nuevo, un mundo de bondad en el que los hombres se elevarán por encima del odio, de la ambición, de la brutalidad.
El camino de la vida puede ser libre y bello; pero hemos perdido ese camino. La avaricia ha envenenado las almas de los hombres, ha levantado en el mundo barricadas de odio, nos ha llevado al paso de la oca a la miseria y a la matanza. Hemos aumentado la velocidad. Pero nos hemos encerrado nosotros mismos dentro de ella.
¡Unámonos todos! Vamos a luchar por un mundo nuevo, un mundo decente que dé a los hombres la oportunidad de trabajar, que dé a los jóvenes un futuro y a la vejez una seguridad.
Nuestra ciencia nos ha hecho cínicos; nuestra inteligencia, duros y faltos de sentimientos.
¡Soldados! ¡No luchéis por la esclavitud! ¡Luchad por la libertad!
Y mientras los hombres mueren, la libertad no perecerá jamás.
En este mundo hay sitio para todos. Y la buena tierra es rica y puede proveer a todos.
¡Vosotros no sois máquinas! ¡Sois hombres! ¡Con el amor de la humanidad en vuestros corazones! ¡No odiéis! ¡Solo aquellos que no son amados odian, los que no son amados y los desnaturalizados!
Nuestra ciencia nos ha hecho cínicos; nuestra inteligencia, duros y faltos de sentimientos. Pensamos demasiado y sentimos demasiado poco. Más que maquinaria, necesitamos humanidad.
Vosotros, el pueblo, tenéis el poder, el poder de crear máquinas. ¡El poder de crear felicidad! Vosotros, el pueblo, tenéis el poder de hacer que esta vida sea libre y bella, de hacer de esta vida una maravillosa aventura.
Al alma del hombre se le han dado alas, y por fin empieza a volar. Él está volando en el arco iris, en la luz de la esperanza, en el futuro, el futuro glorioso que nos pertenece a mí, y a todos nosotros
Algo hay tan inevitable como la muerte y es la vida.
A aquellos que puedan oírme, les digo: “No desesperéis”.
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