Frases de Albert Einstein
Seguramente al más inteligente de tu salón alguna vez le llamaron Einstein, o cuando tuviste una idea muy buena te lo dijeron a ti, y es que el señor Albert Einstein, fue un genio de genios, una mente adelantada a su tiempo, con ideas brillantes y revolucionarias, tachadas en su mayoría como peligrosas, señalando a su persona al mismo tiempo como loco por las mismas.
Este hombre nacido el 14 de marzo de 1879, vivió 76 años y un poco más, hasta que dejó el mundo el 18 de abril de 1955. Durante ese tiempo elaboró teorías y leyes muy complicadas enfocadas en la física, aunque también fue considerado un filósofo por sus muchísimas frases célebres:
Mejores frases de Albert Einstein
Existen dos formas de ver la vida: una es creyendo que no existen los milagros, la otra es creyendo que todo es un milagro.
Somos arquitectos de nuestro propio destino.
No tengo talentos especiales, pero sí soy profundamente curioso.
Lo importante es no dejar de hacerse preguntas.
Educación es lo que queda después de olvidar lo que se ha aprendido en la escuela.
Nosotros, los mortales, logramos la inmortalidad en las cosas que creamos en común y que quedan después de nosotros.
La alegría de ver y entender es el más perfecto don de la naturaleza.
Una velada en que todos los presentes estén absolutamente de acuerdo es una velada perdida.
Si tu intención es describir la verdad hazlo con sencillez, y la elegancia déjasela al sastre.
El misterio es la cosa más bonita que podemos experimentar. Es la fuente de todo arte y ciencia verdadera.
La palabra progreso no tiene ningún sentido mientras haya niños infelices.
El problema del hombre no está en la bomba atómica, sino en su corazón.
Los ideales que iluminan mi camino y una y otra vez me han dado coraje para enfrentar la vida con alegría han sido: la amabilidad, la belleza y la verdad.
Nunca pienso en el futuro. Llega demasiado pronto.
¡Triste época es la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.
No entiendes realmente algo a menos que seas capaz de explicárselo a tu abuela.
Una persona que nunca ha cometido un error nunca intenta nada nuevo.
Comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos.
Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad.
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