Frases de Anselmo de Canterbury
Anselmo de Canterbury o San Anselmo de Canterbury fue un hombre nacido en el año 1033, en Aosta. Este caballero se dedicó a la iglesia católica, desarrollando además sus vastos conocimientos y convirtiéndose en teólogo y filósofo escolástico; por lo que era un doctor dentro de la sagrada institución.
Aunado a ello, fue un monje benedictino, se desempeñó en el cargo de arzobispo de Canterbury (desde el año 1093 hasta el 1109) y destacó por defender a la Inmaculada Concepción de María durante toda su vida. A continuación nos complacemos en mostrar unas cuantas de sus frases más célebres:
Frases de Anselmo de Canterbury
No busco, en efecto, entender para creer, sino que creo para entender. Pues creo esto, porque si no creyere, no entendería.
Al reexaminar el trabajo a menudo, no he podido encontrar nada de lo que he dicho en él, que no concuerde con los escritos de los Padres Católicos y especialmente con los del bendito Agustín.
Aunque no quisiera creer en ti, no puedo dejar de comprender que existes.
¡Vamos, pequeño hombre! Huye por un tiempo de tus tareas, escóndete por un pequeño espacio de la agitación de tus pensamientos.
Ven, deja a un lado tus penosos cuidados y deja de lado tus trabajos.
Por un momento, dedique su tiempo a Dios y descanse un momento en Él.
Entra en la cámara interior de tu mente, cierra todas las cosas, excepto Dios y todo lo que pueda ayudarte a buscar a Dios; y habiendo bloqueado la puerta de tu cámara, búscalo.
Habla ahora, oh mi corazón, oh mi corazón entero, habla ahora y di a tu Dios: Mi rostro te buscó: Tu rostro, oh Señor, buscaré.
Enséñame a buscarte y revelarte a Ti cuando te busque, porque no puedo buscarte excepto que tú me enseñes, ni te encuentre, a menos que te reveles a ti mismo.
Déjame buscarte en anhelo, déjame anhelarte en buscarte; déjame encontrarte en amor y amarte en encontrar.
Señor, te agradezco y te agradezco porque me has creado en esta tu imagen, para que pueda ser consciente de ti, concebirte y amarte.
Pero esa imagen ha sido consumida por los vicios, y oscurecida por el humo del mal que no puede lograr aquello para lo que fue creada, excepto que Tú la renuevas y la creas de nuevo.
No me esfuerzo, Señor, por penetrar Tus alturas, porque de ninguna manera comparo mi entendimiento con Tuyo; pero anhelo entender en cierto grado Tu verdad que mi corazón cree y ama.
Anhelo, oh Dios, conocerte, amarte, para que pueda regocijarte en Ti.
Y si no puedo alcanzar el gozo total en esta vida, al menos puedo avanzar de día en día hasta que ese gozo llegue a mí por completo.
Allí donde están los verdaderos goces celestiales, allí deben estar siempre los deseos de nuestro corazón.
Haz, te lo ruego, Señor, que yo sienta con el corazón lo que toco con la inteligencia.
Dios fue concebido como una Virgen muy pura... era apropiado que la virgen fuera radiante con una pureza tan grande que no se puede concebir una mayor pureza.
Dios a menudo trabaja más por la vida de los analfabetos que buscan las cosas que son de Dios, que por la habilidad de los eruditos que buscan las cosas que son suyas.
Quita la gracia, y no tienes nada por lo cual ser salvo. Elimina el libre albedrío y no tienes nada que pueda salvarse.
Porque la venganza no pertenece a nadie sino a Aquel que es el Señor de todos; porque cuando los poderes del mundo lograron este fin, Dios mismo lo hizo para diseñarlo.
Por lo tanto, Señor, no solo eres tú el que no se puede pensar en un mayor, sino que también eres algo más grande de lo que se puede pensar.
En ti me muevo, y en ti tengo mi ser; y no puedo ir a ti. Tú estás dentro de mí y de mí, y yo no te siento.
Dios no tarda en escuchar nuestras oraciones porque no tiene ánimo para dar; pero eso, al aumentar nuestros deseos, puede darnos más ampliamente.
Dios es eso, el más grande de lo que no puede ser concebido.
No dejes que la prosperidad mundana te desvíe, ni ninguna adversidad mundana te impida su alabanza.
Una sola misa ofrecida por uno mismo durante la vida puede valer más que mil celebradas por la misma intención después de la muerte.
Y si no puedo hacerlo completamente en esta vida, permítanme continuar hasta el día en que llegue a esa plenitud.
Déjame recibir lo que prometiste a través de tu verdad, para que mi alegría sea plena.
¡Oh luz suprema e inaccesible! ¡Oh, verdad completa y bendita, cuán lejos estás de mí, que estoy tan cerca de ti! ¡Cuán alejado estás de mi visión, aunque estoy tan cerca de ti! En todas partes estás completamente presente, y no te veo.
La ociosidad es el enemigo del alma.
Dios le ha prometido perdón al que se arrepiente, pero no le ha prometido arrepentimiento al que peca.
Líbrame por tu misericordia, no me castigues con tu justicia.
Los desastres nos enseñan humildad.
Es imposible salvar el alma sin devoción a María y sin su protección.
No hay inconsistencia en que Dios nos ordena que no tomemos sobre nosotros lo que le pertenece a él solo.
Porque aquello de lo que se hace algo es una causa de lo que se hace de él; y, necesariamente, cada causa contribuye algo de ayuda a la existencia del efecto.
La lujuria no desea la procreación, sino el placer solamente.
He escrito el pequeño trabajo que sigue... en el papel de alguien que se esfuerza por elevar su mente a la contemplación de Dios y alguien que busca entender lo que él cree.
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