Frases de Baruch Spinoza
Baruch Spinoza fue un filósofo neerlandés nacido el 24 de noviembre del año 1632, en Amsterdam, con orígenes sefardí hispano-portugués. Este caballero, junto a Descartes y Leibniz, fue incluido dentro del listado de los grandes racionalistas de la filosofía en el siglo XVII.
Una de las razones por las que Baruch Spinoza destacó tanto en su época, fue por sus estudios controvertidos en relación a la Biblia hebrea y los seres divinos que en ellas se describían; ya que ponía en tela de juicio la autenticidad de los mismos. A continuación mostraremos sus frases más impactantes:
Frases de Baruch Spinoza
El derecho natural de cada hombre no se determina, pues, por la sana razón, sino por el deseo y el poder.
Todo cuanto hacemos debe tender al progreso y al perfeccionamiento.
Quienes destacan por su inteligencia, y la cultivan al máximo, tienen el poder de imaginar más moderado y más controlado... como si lo sujetaran con un freno para que no se confunda con el entendimiento.
Cuantas más causas simultáneamente concurrentes suscitan un afecto, tanto mayor es este.
De todas formas, no son las armas las que vencen los ánimos, sino el amor y la generosidad.
La mayor de todas las imperfecciones es la de no existir.
El orden y la conexión de las ideas es lo mismo que el orden y la conexión de las cosas.
Las academias que se forman a cargo del estado, se instituyen no tanto para cultivar las mentes, cuánto para embridarlas.
Sé también que es tan posible que el vulgo se libere de la superstición como del miedo.
Disfrutar de los placeres en la justa medida en que sea suficiente para proteger la salud.
Se debe conceder la libertad de juicio, puesto que es una virtud y no puede ser oprimida.
Si no quieres repetir el pasado, estúdialo.
Que un entendimiento finito no puede entender nada por sí mismo. A menos que sea determinado por algo exterior.
La causa que hace surgir, que conserva y que fomenta la superstición, es pues el miedo.
No existe nada de cuya naturaleza no siga algún efecto.
He cuidado atentamente de no burlarme de las acciones humanas, no deplorarlas ni detestarlas sino entenderlas.
El que se arrepiente de lo que ha hecho es doblemente miserable.
Todo lo que existe es parte de Dios y que Dios está en todo lo que existe.
La alegría es el paso de hombre de una menor perfección a una mayor.
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