Frases de Bertolt Brecht
Eugen Berthold Friedrich Brecht o simplemente conocido como Bertol Brecht, fue uno de los más importantes dramaturgos de principio de siglo XX. Nacido en Augsburgo en el año 1898 y ya fallecido para el 14 de agosto de 1956, la trayectoria de su vida aporto muchísimo al teatro.
El pensamiento irreverente de Brecht lo llevó a ser un duro crítico de la Primera Guerra Mundial, así como del status quo de su época. Sus piezas teatrales se caracterizaron por la las duras palabras a la neutralidad, lo que genero la etiqueta de ser el “padre creador” de una nueva modalidad de teatro conocida como “teatro épico”. Razones suficientes para querer destacar algunas de sus frases:
Frases de Bertolt Brecht
Los demócratas burgueses condenan con énfasis los métodos bárbaros de sus vecinos, y sus acusaciones impresionan tanto a sus auditorios que éstos olvidan que tales métodos se practican también en sus propios países.
Si la gente quiere ver sólo las cosas que pueden entender, no tendrían que ir al teatro: tendrían que ir al baño.
El regalo más grande que le puedes dar a los demás es el ejemplo de tu propia vida.
Cuando la hipocresía comienza a ser de muy mala calidad, es hora de comenzar a decir la verdad.
Señores, no estén tan contentos con la derrota de Hitler. Porque, aunque el mundo se haya puesto de pie y haya detenido al bastardo, la puta que lo parió está de nuevo en celo.
En los tiempos sombríos, ¿se cantará también? También se cantará sobre los tiempos sombríos.
La crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y cuando lo nuevo no acaba de nacer.
El arte no es un espejo para reflejar la realidad, sino un martillo para darle forma.
Con la guerra aumentan las propiedades de los hacendados, aumenta la miseria de los miserables, aumentan los discursos del general, y crece el silencio de los hombres.
El arte, cuando es bueno, es siempre entretenimiento.
Estar contra el fascismo sin estar contra el capitalismo, rebelarse contra la barbarie que nace de la barbarie, equivale a reclamar una parte del ternero y oponerse a sacrificarlo.
La historia ama las paradojas.
Me parezco al que llevaba el ladrillo consigo para mostrar al mundo cómo era su casa.
La naturaleza tiene perfecciones para demostrar que es imagen de Dios e imperfecciones para probar que sólo es una imagen.
Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.
Muchos jueces son absolutamente incorruptibles; nadie puede inducirles a hacer justicia.
Primero va el comer, luego va la moral.
¿Qué es el robo de un banco en comparación con fundar uno?.
Esos que pretenden, para reformarnos, vencer nuestro instinto criminal, que nos den primero de comer. De moral hablaremos después. Esos que no se olvidan de cuidar nuestra formación, sin que por ello dejen de engordar, escuchen esto: por más que le den vueltas, primero es comer, y después de hartos ¡venga la moral!
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